Tres, dos, uno.

Cohete despega. Tiemblan las ventanas.

Se alumbra el cielo. Las niñas sueñan con ser astronautas. Una tripulación trasciende lo conocido para descubrir lo nuevo, para encontrarse con las estrellas y acaso volverse una. Somos Cohete: producimos expediciones espaciales y nuestro lenguaje es el de la imagen y el video. 

Cohete colabora desde el reconocimiento mutuo, sin arriba o abajo sino ojos viéndose para ser más juntos. Entendemos que un despegue no puede ser glorioso si es a costa de la alegría de alguien más, por eso perseguimos lo que es justo y reconocemos el esfuerzo de todas las personas involucradas en nuestras expediciones.

Cohete rechaza el mundo publicitario pero convive con la contradicción de habitarlo mientras intentamos huir de sus modos, prisas e imposiciones. Queremos despegar de la atmósfera contaminada de proyectos sin corazón para llegar a las galaxias de la creación artística. Somos cómplices de quienes proponen y huyen de las repeticiones.

Tomamos partido por lo nuevo, lo que nace.

Orbitamos en la serenidad del ocio, origen de las grandes creaciones; sin embargo, nos la rifamos porque conocemos la disciplina y el esfuerzo, combustibles de las expediciones memorables. Por eso cuidamos el detalle: produciendo con la ternura atenta con la que nuestras abuelas preparan las comidas más queridas.

Cohete es familia sin talanqueras ni exclusiones. Es fiesta abierta y catering para todo el crew. Cohete tiene corazón y late porque queremos conmover. Sentimos y por eso creamos. Lo hacemos en comunidad. Producimos desde el amor y la valentía que demanda defenderlo para contar las historias no contadas. No nos da miedo despertar a los dormidos.

Para Cohete el éxito puede ser como llegar a Marte, pero también como aterrizar bajo un árbol para comer pizza con los amigos y sus mascotas; o como extender los brazos pedaleando, patinando en la hora dorada para sentir el aire. Nos gusta lo sencillo: regresar a casa es siempre el mejor viaje.

Somos Cohete Studio. Listas para el despegue.

Tres, dos, uno.

Cohete despega. Tiemblan las ventanas.

Se alumbra el cielo. Las niñas sueñan con ser astronautas. Una tripulación trasciende lo conocido para descubrir lo nuevo, para encontrarse con las estrellas y acaso volverse una. Somos Cohete: producimos expediciones espaciales y nuestro lenguaje es el de la imagen y el video. 

Cohete colabora desde el reconocimiento mutuo, sin arriba o abajo sino ojos viéndose para ser más juntos. Entendemos que un despegue no puede ser glorioso si es a costa de la alegría de alguien más, por eso perseguimos lo que es justo y reconocemos el esfuerzo de todas las personas involucradas en nuestras expediciones.

Cohete rechaza el mundo publicitario pero convive con la contradicción de habitarlo mientras intentamos huir de sus modos, prisas e imposiciones. Queremos despegar de la atmósfera contaminada de proyectos sin corazón para llegar a las galaxias de la creación artística. Somos cómplices de quienes proponen y huyen de las repeticiones.

Tomamos partido por lo nuevo, lo que nace.

Orbitamos en la serenidad del ocio, origen de las grandes creaciones; sin embargo, nos la rifamos porque conocemos la disciplina y el esfuerzo, combustibles de las expediciones memorables. Por eso cuidamos el detalle: produciendo con la ternura atenta con la que nuestras abuelas preparan las comidas más queridas.

Cohete es familia sin talanqueras ni exclusiones. Es fiesta abierta y catering para todo el crew. Cohete tiene corazón y late porque queremos conmover. Sentimos y por eso creamos. Lo hacemos en comunidad. Producimos desde el amor y la valentía que demanda defenderlo para contar las historias no contadas. No nos da miedo despertar a los dormidos.

Para Cohete el éxito puede ser como llegar a Marte, pero también como aterrizar bajo un árbol para comer pizza con los amigos y sus mascotas; o como extender los brazos pedaleando, patinando en la hora dorada para sentir el aire. Nos gusta lo sencillo: regresar a casa es siempre el mejor viaje.

Somos Cohete Studio. Listas para el despegue.

Three, two, one.

The rocket takes off. Windows shake.

The sky lights up. Girls dream of becoming astronauts. A crew transcends the known to discover the new, to meet the stars and perhaps become one. We are Cohete: we produce space expeditions, and our language is image and video.

Cohete collaborates from mutual recognition, with no above or below, only eyes meeting to be more together. We understand that a takeoff can’t be glorious if it comes at the cost of someone else’s joy. That’s why we pursue what is fair and honor the effort of everyone involved in our expeditions.

Cohete rejects the advertising world but lives with the contradiction of inhabiting it while trying to escape its ways, its rush, and its impositions. We want to lift off from the polluted atmosphere of heartless projects to reach the galaxies of artistic creation. We are accomplices of those who propose and flee repetition.

We side with the new, with what is being born.

We orbit in the serenity of leisure, the origin of great creations; yet we give it our all because we know discipline and effort—fuels of memorable expeditions. That’s why we pay attention to detail: producing with the tender care of grandmothers preparing their most beloved meals.

Cohete is family without fences or exclusions. It’s an open party and catering for the whole crew. Cohete has heart, and it beats because we want to move you. We feel, and that’s why we create. We do it in community. We produce from love and the courage it takes to defend it, to tell the untold stories. We’re not afraid to wake the sleepers.

For Cohete, success might look like landing on Mars, but it can also be like sitting under a tree eating pizza with friends and their pets; or like spreading your arms while biking or skating in the golden hour to feel the wind. We love the simple things: coming home is always the best journey.

We are Cohete Studio. Ready for takeoff.